Dionisos

 

Fue el dios del vino y del éxtasis. El más joven de los dioses del Olimpo y el único de madre mortal. Sus símbolos eran el toro, el delfín, la pantera, la vid, la higuera y la hiedra. Su dominio se extendía por toda la naturaleza y a su fluido otorgador de vida: la savia que recorre un árbol, la sangre que corre por las venas, el vino y las mareas.

Se le representa como a un joven con una guirnalda de hiedras u hojas de vid en la cabeza, una piel alrededor del cuerpo y un báculo coronado por una piña.

Dionisos era hijo de Zeus y Sémele, una mortal hija del rey de Tebas, que falleció víctima de un engaño de Hera. Cuando murió estaba embarazada y Zeus sacó al niño de su vientre y se lo cosió en el muslo. Hermes hizo de comadrona en el parto. Dionisos fue entregado a una hermana de Sémele para que fuera educado como una niña y así engañar a Hera. Pero ésta le descubrió e hizo que sus cuidadoras enloquecieran y quisieran matarlo. Dionisos fue salvado una vez mas por Zeus que lo disfrazó de cabrito y lo puso al cuidado de unas ninfas que lo criaron en una cueva.

El profundo odio y rechazo de Hera por Dionisos hizo que instara a los Titanes para que lo asesinaran. Pero debía ser a modo de ritual, para que nada quedara de él. El asesinato de Dionisos fue horriblemente cruel. Su cuerpo fue masacrado, descuartizado, cocido, asado y comido por los Titanes. Por suerte Atenea logró rescatar su corazón y se lo llevó a Zeus. Este lo ingirió y del dios emanó un nuevo Dionisos resucitado. Ya no le quedaba la parte humana heredada de su madre. Era completamente inmortal y su poder infinito. La vida y la muerte están interconectadas en el mito de Dionisos. Fue un dios que murió, que pasó un tiempo en el inframundo y un dios recién nacido.

De joven, Dionisos viajó por Egipto, India y Asia. La locura y la violencia le acompañaban. Algunos mitos dicen que Hera lo enloqueció y en otros que fueron las personas que le rechazaron quienes se volvieron dementes y violentas. Tras su regreso de la India la diosa Cibeles lo purificó de los asesinatos cometidos y le enseñó sus misterios. Así Dionisos se convirtió en el sacerdote de las grandes diosas.

 Salvó a Ariadna de la isla de Naxos, donde había sido abandonada por Teseo, y se casó con ella. Por petición de su hijo, Zeus la hizo inmortal.

Dionisos descendió al Hades para rescatar a su madre y la llevó al Olimpo donde se hizo inmortal. En la mitología griega, Dionisos es el único dios que rescata y restaura a las mujeres.

Los adoradores de Dionisos se comunicaban con el dios dejándose llevar por el poder de la danza, entrando en el mundo de lo irracional y emocional. Alternar entre estados de trance y un silencio sepulcral eran las características principales de la adoración a Dionisos. Con el vino y las danzas rítmicas los celebrantes entraban en éxtasis y se sentían “uno” con el dios.

El arquetipo de Dionisos tiene potenciales positivos y negativos muy poderosos presentes en algunos místicos y asesinos.  En el medio se encuentra el arquetipo en hombres y mujeres que experimentan momentos de éxtasis e impulsos completamente contradictorios.

Una de las imágenes que representan a Dionisos es la de niño divino. Este arquetipo lleva consigo el sentido de carácter único de una persona y su destino. El sentimiento personal de que mi vida tiene un sentido sagrado. Si el arquetipo es reprimido y con él el aspecto de niño divino vienen otras dificultades: no sentirse auténtico, estar desconectado, sentir que la vida no tiene sentido… Este arquetipo suele estar activamente reprimido en los hombres porque desde la infancia se les disuade de tener comportamientos afeminados, de ser soñadores o sensuales.

Dionisos y Hermes son los arquetipos que más predisponen a un hombre a ser el eterno adolescente. La persona dionisiaca es una persona intensa y emotiva que olvida las obligaciones y es inconstante. Puede tener un humor cambiante y se siente atraído por cualquier cosa que intensifique la experiencia. Le atraen las drogas y la música. El movimiento hippy de los años sesenta fue una expresión de este aspecto del arquetipo al que personifican personas como Jim Morrison, Mick Jagger o David Bowie.

A menudo los hombres que se identifican con este arquetipo parecen buscar a una mujer idealizada que es madre y amante a la vez. A su vez, a menudo las mujeres se sienten atraídas a cuidar de un hombre con este arquetipo.

Este arquetipo también está presente en los chamanes que actúan como intermediadores entre el mundo invisible y el mundo físico. Dionisos sacaba a las mujeres de sus vidas ordinarias para gozar en la naturaleza y descubrir un elemento extático en ellas mismas.

 Dionisos es el arquetipo de los opuestos intensos. Cuando se impone, la persona puede cruzar rápidamente la frontera entre estos opuestos. La belleza y el peligro mortal son características de esta dualidad. Este arquetipo aporta, cuando la personalidad es estable, amplitud y profundidad a los sentimientos y aumenta la posibilidad de tener experiencias emocionales cumbre a la vez que intensifica las reacciones erótico-espirituales y físicas.

Muchos hombres que no están conectados con este arquetipo padecen aridez emocional y están desconectados de sus emociones mas profundas. Cultivar a Dionisos significa centrarse en el momento presente, conmoverse por lo que sucede… Bailar y hacer el amor son terrenos en los que Dionisos es muy importante para permitir la espontaneidad, la intensidad y la fusión con la música o el amante. Cualquier cosa que afloje la rigidez mental y la noción del tiempo hace que Dionisos este mas cerca. También llega cuando estamos en contacto con la naturaleza y somos uno con ella.

El hombre Dionisos no es nada competitivo y se siente atraído por el misticismo y la religión. Puede hacerse sacerdote o ir a un ashram.

Cuando Dionisos determina las emociones y la conducta de una persona su potencial para padecer trastornos psicológicos es mucho mayor que con cualquier otro arquetipo.  Además, una sociedad moralista y puritana manda mensajes fuertes y negativos a Dionisos por lo que puede tener problemas de autoestima así como consecuencias negativas por reprimir el arquetipo. Aprende muy pronto que es demasiado emotivo e intenso. Por otro lado, el aspecto de niño divino le otorga un sentido de ser especial no realista. Al basarse tanto su autoestima en sentimientos puramente subjetivos puede resultarle imposible tener una visión realista de si mismo.

Los hombres con personalidad dionisiaca luchan con los opuestos que existen por igual en su interior. En ellos el éxtasis y la destrucción, la pasión y la frialdad pueden existir al unísono.

El trabajo que debe hacer una persona con este arquetipo para crecer es más complejo que otros porque el arquetipo es mas complicado. Se requiere un ego observador que acepte cualquier pensamiento, cualquier sensación, cualquier pasión que surja sin critica ni vergüenza.

Puede desarrollar un arquetipo Zeus padre en si mismo, que le acepta, le protege y le ama. Hermes tiene la capacidad de ir desde las profundidades a las alturas sin verse atrapado emocionalmente y que debe cultivar Dionisos. Expresar lo que siente, otro aspecto de Hermes, también le ayuda.

Por último, el racional Apolo es el tercer aliado a desarrollar. Dionisos y Apolo compartían el templo de Delfos. Son dos dioses opuestos: Apolo es la personificación del hemisferio izquierdo y Dionisos representa el hemisferio derecho. Ambos han de estar presentes en la psique humana. Una buena educación es el medio para que Dionisos desarrolle la habilidad de apolo de pensar racionalmente.

Si ha de crecer psicológicamente, Dionisos ha de dejar atrás su identificación con el niño divino y el eterno adolescente y convertirse en el héroe.

* Basado en el libro de Jean Shinoda Bolen: Los dioses de cada hombre